Monchín Triana


A pesar de la rivalidad existente entre los dos equipos más importantes de Madrid, bastantes jugadores de ambos equipos cruzaron de acera para defender a su anterior máximo rival. Quizá el primer caso más relevante fue el de Monchín Triana.

Ramón Triana y del Arroyo (1902-1936) nace en el seno de una familia acomodada del barrio de Salamanca. Triana es considerado como el primer gran regateador de nuestro fútbol, un jugador exquisito que encaraba sin cesar rompiendo la cintura del rival una y otra vez. Muchos años más tarde le denominaron “el Kopa de los años 20” aunque a lo mejor habría que haber llamado al galo “el Triana de los años 50”… Compaginó el fútbol con otros deportes e incluso se presentó a oposiciones de notaría, que darían sus frutos. Por todos estos motivos, Triana alcanzó gran fama en la sociedad madrileña de la época.
Defendió la camiseta del Athletic club de Madrid durante nueve años en los que conseguiría tres títulos en el Campeonato Regional Centro y dos subcampeonatos en la Copa de España. Fue durante bastante tiempo el máximo goleador histórico del equipo colchonero.
En 1928, se produjo una importante crisis interna en el Athletic de Madrid ya que había bastante gente en contra de las decisiones del presidente Luciano Urquijo. De hecho, el presidente se negaba a pagar a los jugadores en una época en la que no se contemplaba el profesionalismo. Esta situación provocó que varios jugadores abandonaran el club. Triana era uno de los que entrenaban en el antiguo campo de Chamartín, en desacuerdo con el presidente rojiblanco.
Su fútbol alegre y habilidoso había enamorado a Santiago Bernabéu, por entonces secretario de la junta directiva del Real Madrid. “Quien se quiera divertir, que vaya a ver a jugar a Monchín Triana” decía don Santiago quien, muchos años después, aseguró que Triana era el mejor jugador que jamás había visto. Junto a Triana también llegó Olaso a la disciplina blanca.

Debutó en el club en la séptima jornada del Campeonato Regional Centro de 1928-29 disputada el 18 de noviembre, precisamente ante su anterior club, donde anotó uno de los goles blancos para alcanzar la victoria por 3-1. Prueba de su feliz llegada al Real Madrid fue también su debut goleador en Copa ante el Oviedo en diciembre.

En Febrero de 1929 comenzó la primera edición de la liga de futbol española. Triana debuta en la segunda jornada frente al Football Club Barcelona. En el siguiente partido disputado el 24 de febrero de 1929, Monchín marcó su primer gol con la camiseta blanca y lo haría ante su ex-equipo, al que consiguió anotar dos goles para alzarse con la victoria.

Sin embargo, la trayectoria futbolística de Triana iba llegando a su fin. El primer año, asentado en el equipo titular, consiguió marcar 4 goles en 12 partidos y crear innumerables ocasiones para sus compañeros, como Gaspar Rubio que marcaría 13 tantos esa temporada (segundo goleador del campeonato).

En los años posteriores, con la llegada del entrenador húngaro Hertzka, su participación se redujo; no obstante, alcanzaría dos finales de Copa que no pudo ganar. En la segunda, frente al Athletic de Bilbao, marcó un gol que no sirvió para lograr el título. Pero Monchín Triana pasaría a la historia madridista como miembro de la plantilla madridista que conquistó la primera liga en 1932. Su participación fue escasa pero muy efectiva con 3 goles en 3 partidos. Cerró su etapa en el club blanco ganando otros cuatro títulos del campeonato regional (8 en total en su carrera).
En una época en la que los partidos de selecciones eran muy escasos, Triana jugó su único partido en la selección nacional en marzo de 1929 donde se ganó por 5-0 a Portugal. Aquí coincidiría con “El Divino” Zamora, que ficharía después por el Real Madrid y con quien trabaría una gran amistad. Junto a él viviría otras experiencias menos agradables.

Tras retirarse del fútbol, Triana sería presa de aquellos años convulsos que se vivieron en España. Como ya hemos referido anteriormente, su familia era católica ostentando su padre cargos importantes en organizaciones religiosas. Por ese motivo, tras el golpe militar, miembros de las milicias republicanas se presentaron en el domicilio de los Triana, requiriendo a Monchín y a sus dos hermanos. Al estar ausentes, dieron un ultimátum amenazando con encarcelar a su madre y hermanas. Se presentaron poco después ante las milicias, pensando que por la fama de Monchín no les ocurriría nada y fueron encarcelados sin juicio en la Cárcel Modelo de Madrid. Las mujeres de la familia escaparon y el padre fue escondido por un pariente que pertenecía al Partido Comunista, mientras la casa familiar era saqueada.

En prisión coincidió con Zamora, que había sido encarcelado acusándolo de monárquico y católico (era columnista habitual del diario YA, perteneciente a Editorial Católica y que había sido prohibido dos días después del levantamiento militar. Para pasar el tiempo y no pensar en otras cosas organizaban partidos entre los reclusos.

Sin embargo, ante la cercanía de las tropas franquistas la Junta de Defensa de Madrid dio la orden de empezar a ejecutar a los presos de las cárceles madrileñas. En una de esas sacas, Ramón Triana sería ejecutado. Era el 7 de noviembre de 1936 y Monchín Triana acabaría sus días en las masacres de Paracuellos del Jarama.

Años más tarde, en homenaje a su figura los diarios Marca y Arriba instituyeron un galardón con su nombre dedicado al futbolista que a lo largo de su carrera hubiera destacado por su espíritu deportivo y por la fidelidad a su club. Se entregó desde 1952 a 1968 y con él serían galardonados jugadores como Puchades, Basora, Gaínza o el mítico Paco Gento, entre otros.

© José Luis Alises Moreno – La Gran FamiliaÚbeda