Amancio, «El Brujo» que vino de Galicia

En esta ocasión os presentamos al coruñés que se adueñó de la banda derecha del Bernabéu nada más llegar. Gracias a su habilidad y rapidez, Amancio se ganó el respeto y la admiración tanto en España como en el ámbito internacional.

Idolo y estrella indiscutible del Deportivo de La Coruña, consiguió con el cuadro gallego el ascenso a Primera

división en 1959. Sus actuaciones llamaron la atención de Santiago Bernabéu que buscaba formar un nuevo proyecto que fuera reemplazando al que había conseguido las cinco primeras copas de Europa. Amancio sería la piedra angular del nuevo proyecto al que se unirían jugadores como Zoco o Lucien Muller.

El fichaje se produjo en el verano de 1962 en un momento en que las circunstancias no eran las mejores. El club, que afrontaba los costos de la Ciudad Deportiva, estaba entrampado. Ese mismo verano vendió a Del Sol a la Juve por 22 millones, pero seguía manteniendo un déficit de 27. Saporta le había presentado a Bernabéu un plan de choque que incluía, entre otros recortes, nada menos que quitar la sección de baloncesto.

El Deportivo de La Coruña pedía 12 millones por Amancio, que hasta entonces sólo había jugado en Segunda División. Pero Bernabéu lo quería a toda costa. Su amigo coruñés Emilio Rey, compañero de pupitre en sus tiempos escolares, en El Escorial, era entonces hombre fuerte en La Voz de Galicia. Le avisó de que Amancio se había entrevistado con emisarios del Barça en el Hotel Atlántico y que el fichaje estaba a punto de consumarse.

Bernabéu argumentaba a sus directivos que el Deportivo de la Coruña acababa de subir gracias a Amancio, pichichi de Segunda con 25 goles en 26 partidos. Rey le había hablado de su regate y Bernabéu se acordaba de Kopa, quería a un jugador como él que fuese capaz de levantar al público de sus asientos. Sus directivos no sabían de él, no había informes, en una época en la que no se viajaba tanto y había pocos partidos televisados.

Aun así, lo fichó. El lunes en que reunió a la junta para tratar definitivamente el caso, avisó de que estaba ocupado con un papeleo, que empezaran sin él. En realidad, estaba en La Coruña, haciendo el fichaje. A espaldas del resto de miembros de la junta directiva, le pidió a su vicepresidente Muñoz Lusarreta que prestara cuatro millones al club. Con ellos hizo la primera entrega. Luego se pagarían otros seis, más tres jugadores, que fueron Miche, Antonio Ruiz y Cebrián, y la cesión por un año del portero Betancort. Así ahorró dos millones.

Bernabéu volvía a acertar. Amancio se hizo con la titularidad desde el principio y se convirtió, hasta su retirada, en el jugador bandera del club. Se echó a la espalda el peso del equipo tras las retiradas sucesivas de los mitos Di Stéfano, Puskas y Gento, con los que convivió. Ya en su primera temporada alzó el título liguero que repetiría en las dos temporadas posteriores. Se convirtió en la gran estrella del panorama nacional y llegaría a conquistar el Balón de Bronce en 1964.

Alcanzó gran renombre internacional y con apenas un par de años en Madrid, el AC Milan intentó su fichaje. Sin embargo, el precio sería prohibitivo para el club italiano que pretendía al recién consagrado campeón de Europa de selecciones para contrarrestar el efecto que tenía su compatriota Luis Suárez en su eterno rival del Inter de Milán.

Debido a su fama, Amancio llegó a ser la imagen en un sello de los Emiratos Arabes

 

Todos estos éxitos llegaron a su culmen con la consecución de la Sexta Copa de Europa en 1966. En el estadio Heysel de Bruselas se disputó la final contra el Partizán de Belgrado. Los balcánicos se pusieron por delante en el marcador pero los tantos del propio Amancio y Serena hicieron que el Real Madrid “ye-ye” recuperara el cetro continental.

A pesar de jugar por la derecha, Amancio demostró su habilidad goleadora consiguiendo dos trofeos Pichichi a lo largo de su carrera. Mantuvo grandes duelos con las defensas rivales ante los que nunca se arrugaba. Jugadores como el lateral Calleja del Atlético de Madrid, vivieron grandes duelos con él.

En el Trofeo Teresa Herrera del verano del 66, Amanció volvió a Riazor y allí le esperaba su antigua afición. Riazor estaba lleno hasta la bandera e incluso asistió Franco, que veraneaba en el Pazó de Meirás.

El Dépor presentaba a Marcelino Campanal, veterano defensa internacional que había marcado una época en el Sevilla. Era un jugador con una gran fortaleza natural y muy bravo. Una vez, en Oporto, acabó en la cárcel tras una reyerta con jugadores locales, en la que se armó con el banderín de córner. Con el Barça también tendría una trifulca célebre, en la que mantuvo a raya él solito a Reina, Borrás, Fusté, Fernández y Olivella, que salió muy mal parado por ir a separar. Respecto al Madrid, todos le temían. Tuvo una doble expulsión, con Marsal, en el Bernabéu, y un Carranza casi se suspendió por una gresca en torno a él. Se negó a irse tras ser expulsado. Bernabéu, tras largas discusiones en el descanso, accedió a que el Sevilla le sustituyera.

Cuando llegó Amancio al Madrid, era su marcador en todos los Madrid-Sevilla o viceversa. Amancio estaba harto. Y ese día se lo encontró. La primera parte fue muy buena. Al descanso se llegó 0-0 y la gente, feliz. En el minuto 49, Gento le saca un córner en corto a Amancio, que le hace un caño a Campanal; éste se revuelve, le tira, Amancio se levanta, y se encara con él. Campanal le coge del cuello y le derriba. El colegiado les advierte a los dos. Amancio se queda indignado.

Más tarde se produce un nuevo derribo de Campanal a Amancio. Falta y a seguir. El madridista cada vez está más enfurecido. Se pega a la banda, se queda quieto, en ademán de no jugar. La escena es curiosa: Amancio haciendo gestos de que no se la echen y Campanal a su lado. Hasta que un poco más tarde un balón va para allá, Campana hace un entradón que no alcanza a Amancio porque salta, y este se sale del campo. Miguel Muñoz le para en el banquillo, razona con él. El público se le vuelve en contra, y más cuando el árbitro expulsa en ese momento a Campanal.

Muñoz hace volver a Amancio al campo, pitadísimo cada vez que toca el balón. El ambiente festivo se desvanece. En superioridad el Real Madrid termina ganando, con goles de Grosso y Veloso. El final es desagradable, con bronca al ganador. Casi todo el público era del Dépor y, para sorpresa de Amancio, se puso del lado del recién llegado Campanal, y no del suyo. Coruñés, hecho en el Dépor, orgullo de la ciudad… pero el que llevaba la camiseta a rayas era Campanal. Antigua gloria del Sevilla… pero deportivista esa tarde.

Mención aparte merecen sus duelos con Fernández el defensa paraguayo del Granada… Junto al argentino Aguirre Suárez y el español Jaén, Fernández formó una defensa que sembró el terror en los años 70. El estadio de “Los Cármenes” no era plato de buen gusto para los equipos rivales.

Fernández en el centro de la imagen

El 12 de diciembre el Real Madrid juega contra el Granada en el Santiago Bernabéu. El equipo blanco marca en los minutos uno y cinco. Pero los granadinos estiman que el balón ha salido fuera antes de que Grosso marcara el 2-0 y protestan en masa. Llegan a zarandear al árbitro, Santana, que no reacciona. Luego hay una escapada de Amancio en la que señala fuera de juego; Amancio, que no ha oído el pitido, sigue su carrera y Aguirre Suárez le entra violentamente por detrás. No hay falta, ya que el juego estaba parado, ni tampoco tarjeta, aunque la entrada fue brutal. Mientras Amancio se retuerce en el suelo, Aguirre saca él mismo el fuera de juego. La bronca es monumental.

«En lugar de traer a Cruyff, nos traemos a estos indios», bramó Miguel Muñoz

Poco después hay un balón alto dividido entre Amancio y Fernández, al que el madridista va con la cabeza y Fernández con la plancha. Los dos ruedan por el suelo. Amancio se levanta y patea a Fernández en el suelo. Acude Velázquez, Jaén le da una patada, llega Pirri, llegan todos. Se monta la marimorena y Amancio es expulsado. Fernández sale en camilla, le dan oxígeno en la banda. Por fin se levanta dispuesto a volver y entonces se entera de que también ha sido expulsado. O lo sabía y ha hecho comedia.

El Madrid toma una ventaja de 4-0, con uno de los goles de penalti protestado por el Granada. Finalmente Porta, marca dos goles que ponen el 4-2 final y que permite al Granada echar cuentas: sin el de Grosso y el penalti, sería 2-2. Ambos equipos terminan indignados y enfrentados. Miguel Muñoz, entrenador del Madrid, carga las tintas: “En lugar de traer a Cruyff, nos traemos a estos indios”.

Fernández se la juró explícitamente. El paraguayo le dijo a Amancio: “Nunca vayas a Granada porque te mato… Nunca vayas”. Amancio sabía que no era en broma. Desde el club le ahorraron el viaje a Granada dos temporadas. Para entonces, ya había extranjeros, Cruyff había fichado por el Barça y le había hecho campeón de Liga. Fue el año de la caída de Miguel Muñoz tras trece temporadas, y del 0-5 en el Bernabéu, que ya se comió Molowny. El Madrid necesitaba la Copa para salvar la temporada.

El 14 de junio del 74 Amancio vuelve a Granada para jugar ese partido de Copa. Aguirre Suárez estaba lesionad. Pero Fernández lo estaba esperando. En una jugada venía Amancio llegaba al borde del área regateando rivales  y el paraguayo, que estaba como último hombre, le metió un planchazo brutal a la altura del muslo. Santillana continua la jugada marcando gol pero el árbitro lo anula al haber pitado la falta. Para estupor de todos ni le saca tarjeta. Amancio sale sostenido por García Remón y Marañón, con el muslo hinchado visiblemente. Al momento, ya  le ha salido un bulto del tamaño de una manzana, que impacta en las fotos.

Vídeo

 

Le infligió una lesión rarísima: fractura de cuádriceps. Los tacos se le incrustaron en el muslo y los médicos lo compararon con la cogida de un toro. Amancio estuvo mucho tiempo inactivo y, aunque volvió a jugar unos pocos partidos al año siguiente, nunca pudo recuperar su plenitud física. Esa lesión aceleró su ya cercano retiro. A Fernández le pusieron 15 partidos de suspensión. Hasta hoy la sanción más extensa de la historia en la Liga Española.

Años después Amancio estuvo a punto de convertirse en el entrenador de Fernández.

Fue 42 veces internacional con la selección española, marcando 11 goles. En 1964 fue integrante del equipo que logró el primer título de la historia para el combinado nacional, la Copa de Europa de naciones de 1964. La final de dicho campeonato se disputó en el Santiago Bernabéu y con una gran actuación del gallego por la banda derecha la selección española se impuso a la Unión Soviética de Yashin por 2 goles a 1, con el famoso gol de Marcelino.

Como máximo exponente del Real Madrid, tuvo el honor de ser convocado en 1968 para formar parte  de la selección mundial FIFA, en un partido frente a la selección brasileña en conmemoración por el décimo aniversario de la consecución de su primer campeonato del mundo.

Tras conseguir tres Ligas y dos Copas de España en la década de los 70, Amancio se retira en 1976 tras 14 años en el club blanco. Deja el Real Madrid en manos de una nueva hornada de jugadores como Santillana, Camacho, Miguel Ángel o Del Bosque.

AMANCIO ENTRENADOR

Como entrenador nos dejó el legado de una generación de éxito. Amancio se encuentra en el origen de la Quinta del Buitre. En su etapa como técnico en el Castilla consiguió una proeza que aún no ha sido igualada. Consiguió el título de Segunda división con el filial madridista. A lo lejos se adivinaba un futuro prometedor. Tras su éxito con el Castilla y el descubrimiento de mitos como Butragueño, Martín Vázquez, Sanchís, Pardeza y Míchel, Amancio tomó las riendas del primer equipo durante siete meses, en la temporada 1985-1986 siendo responsable de alguna de las célebres remontadas que llevaron a ganar la Copa de la UEFA. Sin embargo Luis Molowny le sustituyó y fue quien consiguió los mayores éxitos con la Quinta del Buitre.

Tras dejar los banquillos siguió ligado al club en diferentes facetas. Ha sido ojeador, vocal en la directiva de Florentino Pérez y fue uno de los responsables de la organización del centenario madridista en 2002.

En 2001 recibió la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo. En la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol figura como el 47º mejor jugador de todos los tiempos y el 14º mejor jugador español del siglo XX.

 

ESTADÍSTICAS Y PALMARÉS

Partidos jugados: 471 oficiales

Goles marcados: 155

1 Copa de Europa

9 Ligas

3 Copas de España

1 Eurocopa con la selección española